Cuando te culpo me excuso, cuando me responsabilizo mejoro

Por Almudena Lobato.

“Las cosas no cambian,
Cambiamos nosotros”
Henry Davis Thoreau.

smoke-2588227_1920

Qué fácil es mirar a otro, qué difícil mirar hacia uno mismo. Es curioso que descubrimos una gran parte de nuestros fallos en lo que hacen los demás. Si te duele, te resuena o chirría lo que hace o dice otro… mírate, mira bien dentro porque a menudo los demás son un espejo donde nos reflejamos.

 

Cuando las emociones nos mueven, la razón justifica.

Hay una parte de nosotros que no vemos, una especie de ángulo muerto, como cuando conducimos y de pronto aparece una moto que salió de la nada. Ahí estaba, pero a pesar de mirar no la vimos.
Nuestra consciencia, que tiene mucho que ver con nuestro foco de atención y con nuestra gestión emocional, es sólo una parte de la realidad. En ella, pesan más nuestras propias emociones que nuestra parte racional. De hecho, la emoción siempre llega antes que la razón, a veces incluso ni llega antes de actuar, a veces definitivamente llega demasiado tarde para arreglar sus consecuencias, esas que nacen de la falta de control y de una rabia mal gestionada.
Nuestro diálogo interno, nuestra narrativa, esos pensamientos que dan forma a cuanto sucede, en realidad explican lo que ya hemos sentido, lo que ya hemos actuado. La razón justifica nuestras emociones.
Y con eso qué trato de decirte, ¿qué no podemos hacer nada ante lo que sentimos?. Nada más lejos de la realidad. No podemos evitar sentir, así que no se trata de no sentir, se trata de ser consciente, se trata de conocerte. Cuanto mejor conoces tu mundo interior, mejor puedes gestionar lo que sientes y mejor puedes gestionar tu propia narrativa, la parte cognitiva de tu propia emoción, tus sentimientos.

diente de leon

“La curiosa paradoja es
que cuando me acepto a mí mismo
puedo cambiar”.
Carl Rogers.

Cuando siento que eres tú quien debe cambiar.

Es más fácil buscar el error en el otro que tratar de mejorar el propio. Cuando descubrimos que lejos de luchas de egos y de poder, nuestra mayor capacidad de cambio radica, no en cambiar al otro, sino en mejorarse a uno mismo, todo cambia.

Cuando te culpo me excuso,
cuando me responsabilizo mejoro.

 

Pasos innegociables para responsabilizarte:
Darme cuenta. Toda mejora empieza por esta frase, “No eres tú, soy yo. Y mi poder para mejorar está en mí, no en ti. Darme cuenta de mi parte de responsabilidad para cambiar, me permite transformar. Mi poder está en mí, tu poder está en ti”. En tu vida hay cosas que sólo tú puedes hacer por ti mismo. Excusarte, culpar, esconderte o encogerte sólo resta.
Tomar decisiones. Y ahora que ya lo sabes, ¿qué piensas hacer?, ¿esperar, quejarte, paralizarte?, ¿qué quieres hacer?, ¿para qué puede servirte cambiar lo que has estado haciendo hasta ahora?. Hay preguntas que abren oportunidades y otras que además te mueven, como cuando te dices a ti mismo, ¿qué puedo hacer yo para mejorar esto?.
Trocear. ¿Conoces a alguien capaz de comerse una tarta entera?, no, ¿verdad?. Pues deja de atragantarte a ti mismo, ni de ahogar a otro. Ni toda la tarta es tuya, ni toda la tarta es del otro. Trocea las responsabilidades. “Este trozo es mi responsabilidad, este trozo es tuyo, este es de…, este se debe a esta circunstancia, este para…, este trozo es muy antiguo y es para…” ¿Ya troceaste y repartiste responsabilidades?, ahora coge tu trozo… trocea, y empieza poco a poco.
Comprometerme. Esta palabra es un todo, y su ausencia trae la nada. Si no lo tienes aún claro, vuelve a tomar decisiones y encuentra tus “para qués”, cuando lo tengas claro, trocea. Comprometerte no es una decisión para ahora, es una decisión para mañana, para pasado… para cada día, para cuando no sabes cómo, y para cuando te faltan las fuerzas. Tu compromiso es tu motor cuando deja de soplar el viento, cuando ya sólo puedes confiar en ti.
Hacer algo diferente. Recuerdas que troceaste, ahora coge un trozo y ándalo, uno pequeño, uno a tu alcance, pero coge ese pequeño gran trozo y haz algo diferente con él. Consiste en hacer, pero en hacer diferente a lo que has hecho hasta ahora. Un compromiso sin acción tan sólo es un deseo, y los deseos pertenecen al mundo de los “me gustaría que…”, esos que se quedan dando vueltas en el pensamiento, pero nunca se cumplen. Porque o lo haces tú o no vendrá nadie a hacerlo por ti. Hazlo, hazlo sin excusas, empieza mejor hoy que mañana, mejor ahora que luego.

 

Hazlo por ti.

Cambiar por otro es un largo camino de final incierto, todo cuanto aparentemente te acerca a otro te aleja de ti, e inevitablemente también te aleja del otro.
Cambiar por ti, para ti, permite establecer una sana relación contigo mismo, y con el otro. Todo aquello que te permite vivirte en todo tu esplendor, te permite construir relaciones sanas y satisfactorias con los demás.
Para construir un nosotros, primero tienes que cuidar tu yo. Si no hay yo no hay nosotros, en el tú nunca hay un yo.
El cambio es desarrollo. Sólo desde el aprecio y la aceptación de ti mismo puedes desplegar tus alas y emprender tu vuelo, hacia ti, hacia dentro, más tú, mejor. Y compartirlo desde el nosotros.

flowerpot-2756428_1920

Asumir tu parte de responsabilidad te hace libre y te permite andar para llegar.

“La medida que somos
es lo que hacemos con lo que tenemos”
Vince Lombardi.

Un saludo y buen camino,
Almudena Lobato.

Leave a Reply

You can use these tags: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>