Maneja tus Emociones: El camino de tu brújula interior

balloon-984229_1920

 “Somos un globo lleno de emociones,

en un mundo lleno de alfileres”

Anónimo.

Somos y seremos lo que sentimos, son nuestras emociones las que definen quienes somos. Da igual lo que suceda ahí fuera, la realidad será como tú la sientas.

Pensamientos y emociones siempre van de la mano, son inseparables. En realidad, en las decisiones que tomas a diario influyen más tus emociones que tus pensamientos. Son ellas las que te ayudan a pensar correctamente y con claridad, las que te orientan sobre cuál es la mejor posibilidad y te guían para tomar una decisión.

No ser consciente de tus emociones, querer apaciguarlas y callarlas, dormirlas e ignorarlas, te lleva a actuar en piloto automático. Cuando permaneces sordo a tus propias emociones, cuando simplemente no quieres sufrir, el resultado es que te quedas dando vueltas justo en el mismo sitio donde estás, sin reflexionar, atrapado por tu estado emocional, manejado por tus recuerdos, con la mirada puesta en tu experiencia y clavada en tu pasado.

Albergamos emociones sobre todo lo que hacemos.

Tus recuerdos son imágenes, palabras, sonidos, olores… y también emociones. Cada experiencia deja un poso emocional y te sirve para encontrar respuestas en forma de presentimiento, intuición o sensación visceral. Es ese pellizco que a veces notas en el estómago sin entender muy bien, pero que te hace decir no a algo porque sientes, notas, percibes… que es lo mejor que puedes hacer por ti. También es el pellizco que a veces avisa y que no se escucha, cuantas veces nos hemos arrepentido luego… después de comprobar que pasaba justo aquello que temíamos.

Como un murmullo incesante nuestras emociones nos acompañan cada día, debajo de cada pensamiento, de cada reflexión, de cada intuición, de cada corazonada… Somos lo que sentimos en cada momento.

Cuando tu presente se asemeja a tu pasado, se activan emociones pasadas que se autojustifican con creencias absolutas del tipo “no servirá de nada, seguro vuelve a pasarme lo mismo”, y que no tienen en cuenta la realidad y las múltiples posibilidades y oportunidades que ésta te brinda. Ir en piloto automático nos deja ciegos a la realidad.

Cuando dejas de oír tus emociones, cuando sigues adelante sin pararte a reflexionar sobre lo que te sucede, cuando no las compartes ni las cuentas, por miedo a adentrarte en ellas, por miedo a escuchar qué te dicen… tú crees que todo sigue igual, pero nada vuelve a estar en el mismo sitio. Cuando eso ocurre, tus emociones se abren paso como pueden y se adueñan de tu cuerpo somatizando y hablando a través de síntomas físicos, tus pensamientos se vuelven recurrentes y repetitivos en torno a la emoción escondida, y ésta implosiona hacia dentro dejándote tocado, pero no hundido. “Cuando una emoción no se expresa, el cuerpo duele” (Anónimo).

man-2734073_1920

En otras ocasiones, no gestionar adecuadamente tus emociones hace que éstas vayan ganando terreno y aumentando progresivamente su intensidad, en esos momentos es difícil reflexionar y los impulsos prevalecen. Te vuelves irritable, quejoso, rígido, irascible, de trato difícil y explotas ante lo más mínimo. Las emociones salen sin control, sin prever consecuencias… hasta la siguiente ocasión.

Las emociones construyen o destruyen,

todo depende de cómo las manejemos.

En cierto modo, lo que sientes hoy está más relacionado con lo que fuiste ayer, que con lo que realmente eres o con lo que puedes ser. Tomar consciencia de ello te abre la puerta para comprender que en realidad no eres lo que sientes, desde la consciencia puedes ser lo que eliges ser.

Para mantener un buen equilibrio emocional, es imprescindible que sintonices con tus emociones. Sintonizar te permite poder usarlas como una brújula interna, y usar tu experiencia no como ancla sino como vela, para aprender y mejorar desde ella, para que te sirvan de trampolín  y te permitan moverte desde dónde estás hoy hacia dónde quieres llegar.

Las emociones te permiten construirte, deconstruirte y reconstruirte, para volver a ser. En este proceso los pensamientos juegan un papel fundamental.

Los pensamientos no deciden qué emociones aparecen, pero sí controlan su transcurso, regulan las emociones. Para ello es fundamental que dejes de correr y tomes aire, que te des tiempo y espacio para ti, para reflexionar y mirar dentro de ti, para sentarte contigo mismo, para pensar qué es lo que te sucede y cómo puedes ayudarte, qué decisión es mejor tomar y cómo llevarla a cabo.

Huye de la impotencia, del “yo no puedo”, ¡claro que puedes!, todos podemos, tú también. Así que  asume la responsabilidad de cuidar de ti mismo, coge las riendas de tu vida con decisión y determinación.

Sentirte en equilibrio implica manejar adecuadamente tus propias emociones, gestionarlas.

¿Cómo puedes usar tus emociones como una brújula interior?.

  • Consciencia: El primer paso es ser consciente de tus emociones, esto te permitirá diferenciar entre permanecer atrapado por una emoción y ser consciente de estar siendo arrastrado.
  • Sintoniza: Escucha tu cuerpo y los cambios que se producen en él asociados a tus emociones (Respiración acelerada, frecuencia cardiaca elevada, tensión muscular, dolor de cabeza, molestias gastrointestinales…) e identifica el repertorio de pensamientos y acciones ligados a cada emoción.
  • Etiqueta: Pon nombre a tus emociones (triste, preocupado, angustiado, inseguro…), esto te permitirá introducir el proceso reflexivo necesario para poder gestionarlas.
  • Motivo: Identifica la causa subyacente a esa emoción.
  • Diálogo interno: Utiliza autoafirmaciones positivas que te permitan modificar el flujo de pensamientos (“yo puedo”, “yo soy capaz”…), cuestiona tus creencias, ajústalas a la realidad.
  • Meta: Pregúntate, ¿qué puedes hacer para mejorar la situación?, toma una decisión y ponte una meta.
  • Acción: Cambia lo que estás haciendo, enfócate hacia dónde quieres ir y ponte en marcha, mejor hoy que mañana.

Gestionar adecuadamente tus emociones te permite conocerte mejor, poder desarrollar tu potencial de forma más exitosa, tener más capacidad de autocontrol y habilidades para resolver conflictos y diferencias, ser más flexible en entornos cambiantes, ser más resolutivo, creativo e innovador, tomar mejores decisiones, establecer relaciones positivas, gestionar más eficazmente equipos de trabajo, generar entornos de trabajo más saludables y productivos, estar más satisfecho y sentirte más feliz.

heart-2902953_1920

Y como dijo Pablo Neruda,

 “Muere lentamente quien evita una pasión

y su remolino de emociones,

justamente éstas que regresan el brillo a los ojos

y restauran los corazones destrozados”.

Un saludo y buen camino.

Almudena Lobato.

 

Imagen: Pixabay.com

Leave a Reply

You can use these tags: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>