Pies, ¿para qué os quiero?

“Las personas no somos árboles.

Y si lo tienes tan claro…

¿Por qué estás tan quieto?”.

A menudo esperas que los momentos pasen, que el día pase… Esperas algo, a alguien, esperas una vuelta a la tortilla, un día azul con cielo… esperas, quieto, esperas… ¡No eres un árbol!. El tiempo pasa, la vida vuela, las oportunidades NO esperan.

No sé qué te sucedió, quizás te lo dieron todo o quizás no te dieron nada, quizás en algún momento se te rompieron las alas. No lo sé,  quizás alguien te hirió y vives cada día como un muñeco roto… hay tantos momentos para no creer, en nada, en los demás, en ti…

No sé qué te sucedió, no sé si te sigue pasando ahora… La vida no es rosa, a veces se torna tan oscura que parece una noche sin luna, sin luz, sin alivio… parece, pero pasa. Dicen que no hay mal que dure toda la vida, es cierto. Dicen que todo, por mucho que duela, siempre pasa, es cierto. Las situaciones pasan y con ellas tu dolor… pero, ¿y el sufrimiento?, ¿pasa o se te queda atrapado en la piel?.  Esa es tu decisión.

Lo que duele, duele. Sin más, es así.

Lo que duele, duele siempre.

La vida ocurre, el corazón siente.

Lo qué decides hacer con ello, es tu decisión.

El dolor pasa, el sufrimiento…

te acompaña, a veces,

y otras ya no.

La vida ocurre sin más. Muchas de sus dobleces, de sus estridencias o de sus rasguños, son embistes sin remedio. No podemos evitarlo todo, no podemos controlarlo todo. Muchos sinsabores nunca estuvieron en nuestras manos… Ahora bien, el dolor es inevitable, el sufrimiento no.

El sufrimiento es lo que queda cuando aquello que se rompe no sabes, no puedes o no quieres  dejarlo ir, tiene un sentido, alimenta algo… tu inseguridad, tu miedo, tu culpa. Todo lo que permanece da un sentido a nuestro vivir. Vivimos como escogemos aquello que no escogemos de nuestra vida. Yo decido qué hacer con mi dolor cuando aquello que lo produjo ya pasó.

El sufrimiento se engancha en nuestros miedos, se enreda y se agarra a nuestros cabellos, coge la mano de los Tengo que, Debo de,  No puedo, No puede, Eso es o No puede ser, Soy o No soy…  La vida no es blanco o negro, y tú no eres un árbol. La vida es lo que es, y tú puedes ser lo que decidas ser. No eres el valor absoluto de lo que te sucede, no eres eternamente lo que has vivido… Eres lo que decidas ser la mayor parte del tiempo.

Todo pasa, no te dejes pasar de ti. La vida duele… a veces, pero el mayor dolor procede de no amar tu propio corazón, de sentirte una consecuencia, de vivir como un árbol… de no mover tus pies, tus manos, tus ojos, tus labios, todo tu YO hacia dónde quieres ir, hacia donde quieres ser.

No, no eres un árbol… Puedes andar, abrazar, reír, llorar, cantar, soñar, correr, resbalar, tropezar, levantarte, bailar, amar… Amarte.

No, no eres un árbol… Eres espléndido, completo, grande, inmenso. TÚ.

¿Qué haces tan quieto?.

Pies, ¿ para qué os quiero?.

Un saludo y buen camino.

Almudena Lobato.

Foto: pixabay.com